Now they know how many holes it takes to fill the Albert Hall.
De la mente de un cachorro humano a la mente adulta, la transformación es casi ridícula. Dicen que a medida que crecemos alcanzamos procesos de razonamiento tanto más complejos. Como si fuera una escalera, los primero peldaños [que palabra más horrenda, pedante y despreciativa para con el buen 'escalón' -cuya pronunciación parece más primitiva sólo porque las palabras con ñ son pretenciosas-] son inmensas montañas, no tanto por cuánto cuesta pasarlos sino por lo impresionantes que resultan. A medida que se va llegando a la cima [que no existe, pero kjg], los escalones son cada vez más de tamaño normal. La imagen mental puede parecer de una arquitectura paupérrima, pero en realidad los escalones son todos del mismo tamaño. Cuando la interacción con el mundo se va haciendo más frecuente, la interpretación de la realidad y la confrontación con las interpretaciones colectivas preconsensuadas de esa misma realidad se vuelven materia diaria [y los escalones pasan a ser normales]. Así que naturalizamos los choques cognitivos [?!]; cuando a primera impresión un suceso nos parece de cierta forma y después 'nos explican' lo consensuado, lo más posible es que nos sintamos avergonzados por no haber podido deducir el razonamiento colectivo [cuyo registro son los escalones que ya atravesamos].
La vergüenza reemplaza al sentimiento de admiración contemplativa que nos venía en los primeros escalones y que los hacía montañas. A eso le llaman "razonamiento complejo", la reacción sin resultar maravillado por lo nuevo. Y esto pasa sólo porque todos los días nos encontramos con alguna realidad preconsensuada de la que no teníamos conocimiento. Al naturalizarlo lo minimizamos hasta que la expresión "todos los días se aprende algo nuevo" es sólo eso: una expresión común o 'dicho' más que una realidad. O una realidad tan admitida y digerida que ya no se está al tanto de ella.
Si pudiéramos desembolsar todo 'lo nuevo' de cada día sacándole el rótulo que lo engloba como a una masa amorfa, podríamos ver cada uno de esos aprendizajes como enormes montañas y disfrutaríamos infinitamente más el proceso de subirlas.
A veces alguien descubre algo genial o reacciona muy efusivamente ante algo y se lo califica de infantil. Así que la misma mente adulta establece que la alegría, la capacidad de contemplación seguida de quedar maravillado es exclusivamente de los cachorros.
Y en sus razonamientos complejos escalonados evitan el camino simple de la intuición, de la primera vista o primera impresión; por lo que es muy factible que los cachorros se rían de los resultados de esos razonamientos. Los grandes dicen "es chiquito, no entiende" y no tienen ni la menor idea. Y no la van a tener porque ya se olvidaron de las montañas y de cómo se sentía descubrirlas y pasarlas para encontrarse con otras.
Creo que lo que intento decir es que no recuerdo cuándo entendí que hay paredes que no se ven y que, por lo general, están hechas de algo que se llama vidrio [que es un material duro y translúcido que, a su vez, se hace derritiendo arena -que son pedacitos de costras trituradas por la presión del agua?-]. Debe haber sido tremendo Aconcagua.
Climb in the back with your head in the clouds
and you're gone...