lunes, junio 27, 2005

Void

Érase un no ser. Sólo un contorno, una superficie pintada completamente disimulando el hueco. Al moverse, el desplazamiento resultaba simple dando una sensación por demás de liviandad. Liviandad del yo -del yo que no era, pero tampoco había uno que sí fuera-. Esa forma de conducirse le había valido para notarse inexistente, pero a la vez camuflarse: nada menos sospechoso que alguien a quien nada le importa. Porque claro, lo liviano no se expresa sólo en el andar, sino en actitudes y reacciones o, como en este caso, falta de las mismas.

Con perfil bajo iba recorriendo las situaciones que como ente con relleno se le exigía vivenciar, y pensaba para sus adentros [que tanto espacio tenían para pensar todo lo que quisiera -aunque contadas veces lo hacía-] que la fina capa que permitía el discernimiento entre ella y el resto del universo debía ser de yeso o algún material similar por lo duro que se notaba al golpear y por lo liso que permanecía al intentar cortar. Estas especulaciones no la llevaron siquiera a su comprobación, ya que nada la motivaría a investigar o inverstigarse. Lo único casi importante era que la superficie no lograba producirse [porque ella era, al fin y al cabo, esa superficie] mayor daño.

Inercialmente interactuaba con quienes se creían pares y ninguno [para su propio bien mental/moral] notó jamás la diferencia entre ellos, "los rellenados", y "la que no era". Puede suponerse entonces que las emociones superficiales que demostraba pasaban por tan profundas como las que provenían de un rico interior. Una sensación de asco la recorría cada vez que notaba esto. Asco, porque debería denunciarse en su estado para que aquellos sujetos dejaran de engañarse a sí mismos, porque la idea de intercambiar discursos con esos seres sólo para que comprendieran lo que acontecía [mejor dicho, lo que no acontecía] delante suyo la exhaustaba. Y también porque sabía del argumento refutador que esgrimirían orgullosos de su paupérrimo razonamiento de estopa: ¿cómo saber que donde ella tenía vacío los demás tienen algo?

Claro que estaba al tanto porque lo recordaba, sabía una diferencia cronológica de un antes y un después, simplemente no podía establecer un punto específico de inflexión. Creía que, en algún andar, habría pisado alguna vez un clavo. Y el hoyo que este dejara habría sido la puerta de salida de todo el relleno que alguna vez había estado allí dentro. Lo que no cerraba en esa versión era que ahora el yeso no cediera ante golpes o filos, pero tener una planta de Aquiles le parecía mejor opción que buscar otra explicación.

Sin embargo, ¿dónde estaba aquella memoria? Sin duda albergada en el reverso del yeso, pues no había otra superficie para sostenerla. Por lo tanto, siempre que veía sus dedos, los entendía más como bolsas de residuos mnémicos.

Así que por ese hueco, que por cierto nunca buscó, se había ido la ella que todos conocían y cuya ausencia nadie jamás se molestaría en notar.

lunes, junio 20, 2005

Once more with feeling

Teatro es pasión. En el escenario se da todo, y eso no es novedad [tal vez para los novatos, pero ni siquiera]. Pasión para odiar y pasión para amar. "Las tibiezas son de la escalerita para abajo", dijo mi director el sábado.

Otro de sus dichos del sábado pasado fue: "se busca mostrar el alma humana en sus peores y mejores momentos". El alma desnuda y verdadera.

Pero ¿por qué lo crudamente verdadero [la "no tibieza"] sobre el escenario y lo tibio abajo? Es decir, ¿por qué lo tibio?

Si no hay acto más apasionado que vivir... Nos creamos un escenario cotidiano para actuar y encubrir la pasión. Alguien vió necesidad de mostrarla y tuvo que crear [o entender diferente (Stanislavsky?)] otro escenario , chiquito, apartado, para ser con la pasión que viviendo se exige esconder, reprimir.
Esa verdad humana, la pasión, explica la misma actuación. Poder ser cualquier persona implica un grado de empatía con el todo [con todas las personas, digamos]. Una misma verdad humana al descubierto en el escenario, con determinados perfiles seleccionados para el momento.

Lo que pasa en un escenario termina siendo la verdad más desnuda.
¿Desde cuándo y por qué en la vida se permiten, aceptan y exigen tibiezas?

martes, junio 07, 2005

Latest view.

Tonight the stars fell one by one following the hushing rhythm of the sea. One man alone stood still and watched as they went from bursting fire to simple ashes spread on the water surface. And he thought that if only a timeless second would be given to him to organize the ashes and build a path, he would walk down that path silently and stand still, as he was on the ground, in the middle of the ocean. That was the only limitless view he could imagine but never see. And that was, at some level, him.