jueves, noviembre 03, 2005

The fourth stage

Hace unos días me miré en el espejo y me pregunté seriamente cuándo fue que perdí la juventud.
Mi expresión estaba constantemente amarga, esa era mi neutralidad. Para colmo soy una persona arrugada por tener las proporciones de la cara raras. Era una chica de esas que perdieron la alegría de vivir, creía.

Pero hubo un paso más. Como si fuera un vidrio que se rompió en el momento en el que perdí completamente la chispa.

*
No me acuerdo cuántos años tenía cuando mi abuelo, que todavía vivía a la vuelta de casa [después se mudó], nos iba a buscar a mi hermana y a mí a la escuela porque mi papá no estaba al mediodía. Cruzábamos en diagonal a lo que ahora es un locutorio, pero que antes era un barsucho, y nos compraba un cono de papas fritas. Después pasábamos por la carnicería [si no había pasado primero él] por la carne picada. Cuando llegábamos al departamento siempre terminábamos comiendo las papas antes de que hiciera los patys. Tenía una especie de prensador con manija muy pintoresco para que quedaran con forma bien redondita.
Eran realmente ricos. Cuando mi papá empezó a estar esos mediodías, dejamos de ir. Siempre nos invitó a hacernos patys... pero pasados unos años ya no podía, aunque igual nos siguió invitando.

De mucho más chiquita jugábamos al caballito [sobre sus rodillas] y de pronto decía "UOOP UN BACHE" y abría las rodillas. Yo moría del susto jauj
Era un poquito terror, pero un poquito la adrenalina de saber que iba a hacer lo peor de un momento a otro.

Por lo general me mordía la oreja para saludarme y yo siempre me enojaba porque me baboseaba y era realmente una mierda que hiciera eso JAUaj. Pero después me agarraba la mano y me decía "no seas tonta", y tenía la mano tan suave que para que me siguiera haciendo mimos me desenojaba enseguida. Además, nunca ví unas uñas mejor cuidadas.

Le encantaba hacer eso de "tenés roto", y cuando uno mira su ropa: "chinche poroto". Siempre siempre siempre se reía solo con eso. Porque obviamente a mi no me causaba ninguna gracia.

Algunas tardes me mandaba a comprar galletitas a escondidas para poder comer él también y yo medio lo retaba, pero como quería comer galletitas iba lo mismo jauj

Nunca le gustó que le tocara la pelada, un coqueto de aquellos. Y además de coqueto, sentimental. Porque cada vez que me veía haciendo algo que lo llenaba de orgullo, se ponía a llorar.
*

¿Dónde perdí la chispa?
Se me cayó adentro cuando me incliné sobre el cajón y lo sentí frío.

Tengo miedo de convertirme en este ser gris para siempre.

lunes, octubre 24, 2005

Little us

1.
The horrible landscape was getting as dark as his shadow. No matter where he would walk, the black silhouette on the ground found its way to stain it all, even the air. Crawling, from behind, his own projection followed his feet. The weight he had to lift on every step forward was unbearable. It would soon come to an end.
Once his left foot was up, the dark past him from bellow, finally covering every spot. And when he put his foot down, there was no ground to stand on. It was all a hole wich ate him. He fell within himself. Now, he was all dark. Now, It was all.

2.
With eyes closed, the purple sea shivers across one's mind.
But the blue zone is never flooded. It always has to be high, always visible, destroyable, empty and degraded.
The purple clashes the blue making a beautiful noisy sound. Something to match the lowercase sea.

3.
Sad people never die. They just don't run out of agony.

martes, octubre 11, 2005

So What

Parezco haber tirado la toalla con este asunto del blog. Pero la verdad es que no vale la pena postear algo después de un post que recuerda todo lo bueno.

Ojo, no es que no se me hayan ocurrido cositas... el punto es que esas cositas son medio redundantes con el post anterior, o consecuentes. Si no voy a aportar, para qué?

Bah, en realidad, el punto es que cada ataque de la trompeta de Miles Davis me parece un escaloncito de una silueta de horizonte con montañas que se va dibujando. Una silueta medio robótica, si se quiere. Y si me concentro mucho puedo ser una tipita con vestido blanco hace unos cuantos años y estar subiendo esos escalones [que pasarían a ser de un salón de jazz] mientras bailo y mis tacos están peligrosamente cerca del borde de cada escalón. Voy persiguiendo a Miles por siete minutos en los que mi vida corre riesgo y yo no me entero.

viernes, julio 22, 2005

Lauchinkens in the Sky with Diamonds

Now they know how many holes it takes to fill the Albert Hall.

De la mente de un cachorro humano a la mente adulta, la transformación es casi ridícula. Dicen que a medida que crecemos alcanzamos procesos de razonamiento tanto más complejos. Como si fuera una escalera, los primero peldaños [que palabra más horrenda, pedante y despreciativa para con el buen 'escalón' -cuya pronunciación parece más primitiva sólo porque las palabras con ñ son pretenciosas-] son inmensas montañas, no tanto por cuánto cuesta pasarlos sino por lo impresionantes que resultan. A medida que se va llegando a la cima [que no existe, pero kjg], los escalones son cada vez más de tamaño normal. La imagen mental puede parecer de una arquitectura paupérrima, pero en realidad los escalones son todos del mismo tamaño. Cuando la interacción con el mundo se va haciendo más frecuente, la interpretación de la realidad y la confrontación con las interpretaciones colectivas preconsensuadas de esa misma realidad se vuelven materia diaria [y los escalones pasan a ser normales]. Así que naturalizamos los choques cognitivos [?!]; cuando a primera impresión un suceso nos parece de cierta forma y después 'nos explican' lo consensuado, lo más posible es que nos sintamos avergonzados por no haber podido deducir el razonamiento colectivo [cuyo registro son los escalones que ya atravesamos].

La vergüenza reemplaza al sentimiento de admiración contemplativa que nos venía en los primeros escalones y que los hacía montañas. A eso le llaman "razonamiento complejo", la reacción sin resultar maravillado por lo nuevo. Y esto pasa sólo porque todos los días nos encontramos con alguna realidad preconsensuada de la que no teníamos conocimiento. Al naturalizarlo lo minimizamos hasta que la expresión "todos los días se aprende algo nuevo" es sólo eso: una expresión común o 'dicho' más que una realidad. O una realidad tan admitida y digerida que ya no se está al tanto de ella.

Si pudiéramos desembolsar todo 'lo nuevo' de cada día sacándole el rótulo que lo engloba como a una masa amorfa, podríamos ver cada uno de esos aprendizajes como enormes montañas y disfrutaríamos infinitamente más el proceso de subirlas.

A veces alguien descubre algo genial o reacciona muy efusivamente ante algo y se lo califica de infantil. Así que la misma mente adulta establece que la alegría, la capacidad de contemplación seguida de quedar maravillado es exclusivamente de los cachorros.

Y en sus razonamientos complejos escalonados evitan el camino simple de la intuición, de la primera vista o primera impresión; por lo que es muy factible que los cachorros se rían de los resultados de esos razonamientos. Los grandes dicen "es chiquito, no entiende" y no tienen ni la menor idea. Y no la van a tener porque ya se olvidaron de las montañas y de cómo se sentía descubrirlas y pasarlas para encontrarse con otras.

Creo que lo que intento decir es que no recuerdo cuándo entendí que hay paredes que no se ven y que, por lo general, están hechas de algo que se llama vidrio [que es un material duro y translúcido que, a su vez, se hace derritiendo arena -que son pedacitos de costras trituradas por la presión del agua?-]. Debe haber sido tremendo Aconcagua.

Climb in the back with your head in the clouds
and you're gone...

lunes, junio 27, 2005

Void

Érase un no ser. Sólo un contorno, una superficie pintada completamente disimulando el hueco. Al moverse, el desplazamiento resultaba simple dando una sensación por demás de liviandad. Liviandad del yo -del yo que no era, pero tampoco había uno que sí fuera-. Esa forma de conducirse le había valido para notarse inexistente, pero a la vez camuflarse: nada menos sospechoso que alguien a quien nada le importa. Porque claro, lo liviano no se expresa sólo en el andar, sino en actitudes y reacciones o, como en este caso, falta de las mismas.

Con perfil bajo iba recorriendo las situaciones que como ente con relleno se le exigía vivenciar, y pensaba para sus adentros [que tanto espacio tenían para pensar todo lo que quisiera -aunque contadas veces lo hacía-] que la fina capa que permitía el discernimiento entre ella y el resto del universo debía ser de yeso o algún material similar por lo duro que se notaba al golpear y por lo liso que permanecía al intentar cortar. Estas especulaciones no la llevaron siquiera a su comprobación, ya que nada la motivaría a investigar o inverstigarse. Lo único casi importante era que la superficie no lograba producirse [porque ella era, al fin y al cabo, esa superficie] mayor daño.

Inercialmente interactuaba con quienes se creían pares y ninguno [para su propio bien mental/moral] notó jamás la diferencia entre ellos, "los rellenados", y "la que no era". Puede suponerse entonces que las emociones superficiales que demostraba pasaban por tan profundas como las que provenían de un rico interior. Una sensación de asco la recorría cada vez que notaba esto. Asco, porque debería denunciarse en su estado para que aquellos sujetos dejaran de engañarse a sí mismos, porque la idea de intercambiar discursos con esos seres sólo para que comprendieran lo que acontecía [mejor dicho, lo que no acontecía] delante suyo la exhaustaba. Y también porque sabía del argumento refutador que esgrimirían orgullosos de su paupérrimo razonamiento de estopa: ¿cómo saber que donde ella tenía vacío los demás tienen algo?

Claro que estaba al tanto porque lo recordaba, sabía una diferencia cronológica de un antes y un después, simplemente no podía establecer un punto específico de inflexión. Creía que, en algún andar, habría pisado alguna vez un clavo. Y el hoyo que este dejara habría sido la puerta de salida de todo el relleno que alguna vez había estado allí dentro. Lo que no cerraba en esa versión era que ahora el yeso no cediera ante golpes o filos, pero tener una planta de Aquiles le parecía mejor opción que buscar otra explicación.

Sin embargo, ¿dónde estaba aquella memoria? Sin duda albergada en el reverso del yeso, pues no había otra superficie para sostenerla. Por lo tanto, siempre que veía sus dedos, los entendía más como bolsas de residuos mnémicos.

Así que por ese hueco, que por cierto nunca buscó, se había ido la ella que todos conocían y cuya ausencia nadie jamás se molestaría en notar.

lunes, junio 20, 2005

Once more with feeling

Teatro es pasión. En el escenario se da todo, y eso no es novedad [tal vez para los novatos, pero ni siquiera]. Pasión para odiar y pasión para amar. "Las tibiezas son de la escalerita para abajo", dijo mi director el sábado.

Otro de sus dichos del sábado pasado fue: "se busca mostrar el alma humana en sus peores y mejores momentos". El alma desnuda y verdadera.

Pero ¿por qué lo crudamente verdadero [la "no tibieza"] sobre el escenario y lo tibio abajo? Es decir, ¿por qué lo tibio?

Si no hay acto más apasionado que vivir... Nos creamos un escenario cotidiano para actuar y encubrir la pasión. Alguien vió necesidad de mostrarla y tuvo que crear [o entender diferente (Stanislavsky?)] otro escenario , chiquito, apartado, para ser con la pasión que viviendo se exige esconder, reprimir.
Esa verdad humana, la pasión, explica la misma actuación. Poder ser cualquier persona implica un grado de empatía con el todo [con todas las personas, digamos]. Una misma verdad humana al descubierto en el escenario, con determinados perfiles seleccionados para el momento.

Lo que pasa en un escenario termina siendo la verdad más desnuda.
¿Desde cuándo y por qué en la vida se permiten, aceptan y exigen tibiezas?

martes, junio 07, 2005

Latest view.

Tonight the stars fell one by one following the hushing rhythm of the sea. One man alone stood still and watched as they went from bursting fire to simple ashes spread on the water surface. And he thought that if only a timeless second would be given to him to organize the ashes and build a path, he would walk down that path silently and stand still, as he was on the ground, in the middle of the ocean. That was the only limitless view he could imagine but never see. And that was, at some level, him.

viernes, mayo 06, 2005

Ella.

Estás sentada donde siempre te sentás. No prestás demasiada atención a nada, ni a las palabras que vas escribiendo en una ventana X. Tenías muchas cosas pendientes y para disiparlas te pusiste a hacer la menos importante. Una cosa que restar que no saca absolutamente nada del peso, pero te gusta hacer como que sí. No podés creer las pocas ganas que tenés de hacer todo lo que falta. Ni siquiera podés imaginarte haciendo eso que te crea pasión, pero ahora no te crea nada. Estás neutra, sentada, pero bien podrías no estar ni siquiera. Sos una mente en una habitación con música de fondo. Y es música que no escuchabas desde hacía mucho, la reconocés pero no querés. Así te mantenés más ajena y podés flotar mejor.
Pero de das cuenta de que te estás yendo y no te gusta. Querés volver, querés estar, pero cuando querés imaginar cómo es estar no te acordás nada. O sí, un poco. Y ese poco estar te da un profundo asco. Así que preferís seguir flotando aunque sabés que no puede ser nada bueno, porque nunca lo es. Te sentís observada, juzgada y sentenciada.
Ya volviste a temblar un poquito. Te asustás. Empezás a mirar fijo algo como si fueras a aferrarte a la habitación con las retinas. Te estás resbalando.
¿Qué hacés? ¿Tenés miedo? ¿Qué hacés?
Interrupción. Abren la puerta, dicen algo, contestás, caminás, salís, pero nunca dejaste de estar afuera. Caminás por el piso de la casa y sabés que no estás ahí tampoco. En lugar de pedir ayuda -y que te ignoren-, volvés. A cerrar la puerta, a la música, a seguir no estando. No te responde la mirada tampoco ahora. La vista fija es mucho pedir. Y temblás. Y creés que ese dolor de cabeza viene porque estás llorando [y podrías comprobarlo si pudieras entender que tenés una mano que puede fijarse si hay o no hay lágrimas].
Te vas alejando cada vez más hasta que ella te trae. No te deja mirarla nunca, pero te sabe. Desaprueba. Te mira. No te habla, nunca te quiere hablar. Igual sabés lo que está pensando, porque vos también lo pensás, porque la pensás, porque no hay forma de que ella piense sin que vos pienses. Está tan desprotegida que te da miedo. Y se acerca, así que tenés que mover rápido los ojos para no cruzártela. Querés mantenerla lejos, sabés que deberías poder pensarla lejos y ya. Debe haber una parte de vos a la que le encanta esto. Y es ella. Quiere tocarte el hombro. Pero amaga. Siempre es un simple amague. Te amagás, pensás que te amagaste. Se enoja porque de alguna forma notó que la estabas negando. La heriste, como siempre, la heriste. Volvés a sentirte culpable por herirla.
Y desaparece. Podés hacer foco, no podés entender cómo antes te sentías flotar, te duelen los ojos y necesitás un vaso de agua.
¿La extrañás?
Sabés que nunca deja de irse, por lo menos eso es constante.

jueves, abril 07, 2005

Intermission

Creo que podría hacer un post acerca de las maravillas de estudiar algo que me gusta, pero considerando el post anterior, me remitiré a reflexionar un poco sobre toda la situación.

Si a un post completamente gris le sigue uno rebalsante de alegría, todo el blog parece falto de cohesión, por lo que el autor queda tres cuartos incoherente y un cuarto quejumbroso o ciclotímico. Esto tal vez se dé porque el blog se piensa como un diario cuando en realidad los updates no suelen tener ese ritmo. Entonces me veo obligada a hablar del dilema de la comprensión del medio en su ejecución y no en su idealización.

Pero para aprovechar la no cohesión reinante, no voy a extenderme demasiado en eso. Es autoexplicativo y los lectores ya deben haber interpretado. No hay necesidad de ser redunante o tratarlos de idiotas. En cambio, y para mayor inconexión, acá va una frase de una anécdota sin mucho chiste [de esas que uno al final dice "en el momento fue graciosísimo!" como para excusarse por sus pésimos stats en story telling]:
La ciclotimia y la ciclotermia van de la mano.

Claro que en realidad la conexión fue clara, simplemente no está especificada.
Es responsabilidad del lector interpretar.
Es responsabilidad de la producción el transporte del mataterial virgen.
Es responsabilidad del guionista darse a entender.

Debe ser hermoso que el oficio te lleve.

lunes, abril 04, 2005

Livin' just isn't for me

Un mal día.
Creo que detesto al mundo entero y me viene a la mente, justo antes de levantarme de la pc para irme a dormir, la frase "re que a nadie le importa". Creo recordar haber hecho un post con esa frase. Entro al blog para releerlo y ver si me estoy sintiendo igual que hace un tiempo. No encuentro el post, lo busco por todo el archivo sólo para descubrir que HaloScan no guarda los comments de los post más viejos. O al menos no guardó los míos.

En la búsqueda me cruzo con un concepto para ser traído a colación:
Todo es efímero [HaloScan hace unas muy buenas demostraciones de este fenómeno gratuitamente]

Y luego encuentro el post. Sí sí, me siento medio así.

No podría detestar más a toda la existencia.
Ni una sola persona con la que quiera hablar sobre nada. Nada. Espero que mañana el planeta haya explotado o algo.

jueves, marzo 17, 2005

El eterno resplandor de un atardecer nunca apreciado

Empezó hace muchos años. Pero en realidad aún antes.

Hospedados en un lujoso hotel con dos familias que por ese entonces podían ser calificadas como amigas [ya que llegamos al punto de compartir las vacaciones], un día se nos ocurrió [se les ocurrió, pero no se trata de créditos] subir a la terraza del hotel utilizando el ascensor con el simple motivo de ver el sol caer. Toda la experiencia tenía algo de prohibido. Daba la impresión de no estar pensado ese último piso para ser caminado por los huéspedes.
Al salir del ascensor nos encontramos con un pasillo recubierto por rejas en forma de rombos. Y el cielo estaba naranja. Resultó que ese piso no estaba, de hecho, pensado para ser visitado ya que carecía de la iluminación necesaria. A medida que el sol iba desapareciendo, la luz abandonaba el pasillo. Ya no se veía siquiera el ascensor ni las caras de las personas que también estaban ahí, contra la reja. Sólo había un cielo rojizo que hubiera sido liso de no ser por los rombos del enrejado. Me acercaba lo más posible, pero no lograba evitar el alambre. Tal vez entonces fue que inconscientemente relacioné algo anterior. O lo relaciono ahora y le doy sentido a mi problema actual.

Años antes, en una localiad chilena cuyo nombre no recuerdo, mis papás nos llevaron a ver el atardecer en el Pacífico. Según ellos era un gran evento: en casa sólo se puede ver el amanecer enmarcado por el mar. Para mi eso tenía bastante poco sentido, así que no presté demasiada atención al panorama del cielo, pero sí a la iluminación que nos cubría al lado del coche [alquilado?]. Naranja? Rojizo, cálido... y en paz. Es una imagen que me quedó grabada y todo el tiempo se le ocurre andar volviendo.

Al tiempo entendí que la luz del atardecer me encanta. Que amo la vista del mar perdiéndose más allá del horizonte. Y que había perdido la única oportunidad de unir ambos placeres simplemente por no entender lo que eran el este y el oeste. Siempre que sale el recuerdo de Chile pido que por favor volvamos, tal vez para poder apreciar eso que perdí.

Pero no culpo a terceros por habérmelo perdido. Varias veces me repitieron que prestara atención al sol ahogándose. Y yo no.

Así que me encargué de armarme mi propio castigo. La culpa por no haber entendido algo hermoso en el momento en el que sucedía, por haber vivido un "aquí y ahora" aparentemente errado o incompleto. Desde esa tarde-noche transcurrida en una terraza de Foz do Iguazú, todos los atardeceres que ví en mi vida estuvieron truncados. En mi pieza, con la persiana apenas un poco levantada, por los espacios entre las maderas, me esfuerzo por ver un atardecer que nunca consigo. Nada me impide levantar la persinana, nada me impide ir a un lugar donde pueda ver sin obstáculos, simplemente no lo hago. Por no haberlo apreciado cuando era más hermoso, o por no querer saber que debajo no está el mar. No lo hago.

Entonces sí, amo los atardeceres. Me fascinan los tonos que forman sus luces sobre distintas superficies. Pero nunca ví uno.

martes, marzo 15, 2005

Yo, paisajista.

De chiquita, viendo la realidad que los dibujitos me enseñaban, aprendí que amo los paisajes. Soñaba con disfrutar de cielos raros naranjas y árboles increíblemente altos con copas diminutas con respecto al tamaño del todo el ser [los árboles son seres eh]. Aún sueño con eso creo. Las vistas altas de las colinas de Dragon Ball se me quemaron en la retina, quizás daltónicamente. Tal vez por eso me encanten los atardeceres [cielos naranjas, única conexión, pero basta] -nota para próximo post-
Otra paisaje hermosamente ficticio es el que mostraba Sailor Moon si no me equivoco. La Luna. De por sí hermosa. Pero la Luna que se asoma de a partes entre las hojas de un árbol.
Pero mis árboles [están en mi retina, son míos] nunca llegan tan alto.

Por lo tanto, he notado, recurro a la producción de mis propios paisajes. Bah, al de la Luna.
Desde mi ventana veo el pulmón de manzana, con sus árboles y con sus faroles esféricos [que más bien se ven circulares, posiblemente porque la luminosidad evita las sombras que permiten notar profundidad].
Veo un árbol desde arriba y un farol debajo, medio atrás. Esa es mi Luna.
Y seguramente el diseñador que indicó plantar ese árbol ahí y poner ese farol allá no tiene idea de lo feliz que me hace mirar por la ventana a la 1:36 de la mañana para cerrar un hermoso día.

jueves, marzo 03, 2005

To live and let die

Si fuera a morir mañana, tal vez ocuparía uno de estos segundos que se me van yendo en asignar mis pertenencias a las personas que deberían tenerlas si yo no estoy.

Pero mañana voy a vivir, HIJOS DE PUTA, voy a vivir. Aunque la vida me tenga podrida eh. Así que dejen de desear con ojos hambrientos mi colección de canicas y la Magic 8 Ball. No pienso darles el destino antes de tiempo.

lunes, febrero 21, 2005

De la sensación de no estar del todo

Se me cierran los ojos. Y no es sueño, no. Es cansancio. Constante. Y mientras duermo está latente. No me puedo levantar de una silla sin necesitar tirarme al piso. No tengo concentración. Me pierdo en el tiempo y me olvido cosas. No sé cuales.
De pronto miro y es como si me despertara por un segundo. Los elementos que están en esa realidad no son compatibles, y no controlo las palabras que empiezo a decir. Y no sé si las tengo que controlar porque en ese momento no puedo conectar palabras con palabras, con significados, con gramática correcta, con belleza, con imagen, con sentimiento... es todo "sin". Un momentón de ideas inconexas.
Me peso. Intento no colapsar. "Keep up the good work".
Tenía otro post en mente.

martes, febrero 15, 2005

Fractal being

Al vivir nuestra vida pasamos por infinitos escenarios. Algunos son más frecuentados que otros. Y son almacenados en nuestra memoria en dos dimensiones, como postales. Si dividimos una de esas postales en pequeñas celdas y seleccionamos una, podemos repetirla, multiplicándola miles de veces y formando motivos.

Luego, tenemos una imagen nueva: el motivo formado por la unidad [celda] repetida. Y en esta imagen nueva podemos reconocer alguna imagen original, de esas que pueden ser divididas en celdas al inicio del proceso. Pero ¿por qué pasa esto? ¿por qué encuentro algo familiar en cada producción nueva?

Es que todo es lo mismo. Todo está conectado.
Somos nuestros recuerdos. Lo único que diferencia a una persona de otra es su código genético [del que no puede darse cuenta] y todo lo que ha vivido. Lo vivido se almacena en imagenes, que al fin y al cabo son formas geométricas. Así que una línea es una línea en el borde de una mesa o en el parabrisas de un colectivo. Y a su vez una línea contiene conceptualmente a todas las demás líneas. Así la mente es una fractal insospechada.

Vemos el motivo formado por la unidad repetida y podemos identificar en él infinitas cosas insignificantes, pero todas al mismo tiempo. Hasta ahora el conteo va así: un cenicero hondo de vidrio que es una porción del empapelado del living de un departamento anterior que es el tapizado con cuatro botones de los sillones que es un dibujo en el lomo de un libro de Albert Camus que es todos los lomos juntos de la colección completa de la enciclopedia verde de animales que es el frente del edificio de Obras Sanitarias que son las ventanas naranjas el Hospital Garrahan que son las ventanas del hospital de la esquina donde tomo el 84 que es un tapizado blanco sobre verde con algunos sectores en transparencia y de flores que debe haber hecho mi babe pero no lo recuerdo.

Y a su vez este motivo hecho con la celda se me aparece mentalmente adornado con telas, y por algún motivo esto me hace creer que es el frente de un colectivo que conozco pero cuyo número no recuerdo.

Si en esa gran imagen puedo encontrar todos mis recuerdos si los busco, significa que todo está allí. Pero no todo, todo yo, que vengo a ser "toda" porque soy mujer.

Ví mi existencia fractal y entendí que el ser es infinito y constante en cada uno de sus puntos temporales y espaciales, y que simplemente se va actualizando para resignificarse. Informaba nomás.

domingo, febrero 13, 2005

Don't you play me cheap...

Hace tiempo quise escribir una novela. Y hace menos tiempo quise escribir otra. En el marco de esta última metí muchas ideas, creo que las arruiné ligándolas a los mismos personajes, si bien no los ligué en las letras sí lo hice en mi mente.

Como un final de capítulo o de libro, se me ocurrió que, en el fondo del bolsillo de un abrigo, podría aparecer una almendra. Algo así como una señal de esperanza.

Creer que todo está perdido, ponerse la canadiense [ok] con frustración, fruncir el ceño, ir a meter las manos en los bolsillos con la intención de golpear el fondo y encontrarse, con sorpresa, una almendra. Sacarla. Examinarla. No entender. Sobre todo no entender. Y sonreir. Sonreir también arriba, tal vez por encima de no entender, que en este caso también es sonreir.

Eso.

Y que alguien entienda un final que cierra perfecto empezando.
... because I look so meek.

lunes, febrero 07, 2005

Gigantismo

En algunos estados mentales de no lucidez, la percepción que tengo de mí misma se altera. Como si la mente tuviera dos extremos de madera unidos por un hilo, un extremo en una orilla de un lago y el otro flotando, estirando a gusto el hilo, llegando a alcanzar sensaciones no cotidianas. La punta que se queda en la orilla es la que llega a entender esa sensación como no cotidiana y la puede retener para que después la recuerde [claro, raciocinio y memoria, pero entonces... qué parte es la que flota? -la sensorial? ok-]

Como cuando una vez me bajé de mi cama [sin estar totalmente despierta] con una pierna completamente dormida y, al tocar el piso, la pierna no respondió. Trastabillé creyendo que el aire estaba agarrándome para que no pudiera avanzar. U otra vez, que desperté con un pie dormido y al moverlo sentía una gran bota de cuero recubriéndolo.

También puedo citar todo el tema de los "brazos ajenos", que se da cuando estoy bastante cansada o con un ataque de pánico tipeando en la pc. Se ven los brazos como si no fueran parte del cuerpo, y noto cómo se mueven a toda velocidad. Bailan inconexos. Y cuando fijo la vista en todo el monitor, me mareo sintiendo todo el cuerpo por encima de mi cabeza.

Durante relajaciones, dejo de sentir superficies sosteniéndome. Una linda idea de levitación mental.

Pero en fin, el que más me divierte es el gigantismo. Consiste en estar a un paso de la primera etapa de sueño y concentrarse en una parte del cuerpo. Por ejemplo, una mano. En ese momento mi mano se siente de 3/4 el tamaño de todo el cuerpo. Para que lo entiendan mejor: una especie de nivel de gigantes del Mario Bros. 3; pero en vez de ser inmensos cubos [que, ahora que lo pienso, son cuadrados] gigantes, es mi mano o mi pie o incluso mi cabeza. Y por más que este párrafo sea tan pequeño que aparente no justificar el título del post, les aseguro que la experiencia sensorial vale un blog entero aparte.

viernes, febrero 04, 2005

Dual

Es raro. Me hago listas inmensas de libros para leer o terminar de leer y en cuanto cae en mis manos uno de ensayos o relatos breves, no puedo esperar a leerlo todo. Me pasó esta semana con un libro del taller literario de la madre de la perra.

Es un muy buen libro, Dos Mareas se llama. Tiene algunas poesías que "hfgfh" pero hay algunas joyitas ahí.

Además creo que se siente más cercano. Saber que las personas que lo escribieron están vivas, que fueron a un taller y editaron un libro. Que viven en la cuadra de en frente, que mientras cruzo la calle puedo mirar a los ojos a una persona que entiende al mundo de una manera poco habitual.

Como si tuviera la posibilidad de llegar a ser algo así. Es posible, hay gente que lo logra. Then again, cierto que voy a filmar películas che. Cierto.

domingo, enero 30, 2005

Córdoba's way of life

Lo bueno de estar sin absolutamente nada que hacer mientras el sol arrasa con la piel de las personas de afuera es que se escriben unas boinas tremendas. Pero mientras tanto unos demonios me besan la espalda dejando marcas evidenciadoras [see related links: le petit Jotabin (Jauaj okk)].

Y en fin. Si quieren apostar todo al 20, HÁGANLO, hijos de puta, HÁGANLO. No hagan esa mierda de apostar a la calle. Si ganás pleno, no tenés por qué volver nunca.

Y sigue lloviendo, pucha digo.

viernes, enero 21, 2005

History repeats itself

¿Qué clase de afirmación es esa?

Claro, si se olvida, si no se toma en cuenta el pasado, si se ignora, si no se asimila. Pero cuando todas estas condiciones están negadas rotundamente... puede la historia repetirse de todas formas?

Tal vez hable de una especie de condena sobrenatural impulsando determinado círculo a suceder(se). Tal vez hable de negligencia humana por negación a lo desconocido [?]. Tal vez hable de negligencia humana y una lavada de manos rápida culpando a una condena sobrenatural.

Y claro, las coincidencias son simplemente coincidencias. Pero vamos, qué no hemos aprendido nada de las series estadounidenses? Bah, en realidad cancelarían una serie en la que la trama llevara a lo mismo una y otra vez...

En fin, sigue siendo enero, siguen adaptándose las fechas y sigo yéndome a Córdoba.
Supongo que lo que intento decir es: "vacaciones! yeay!!"...


...


.

jueves, enero 13, 2005

Do you believe it in your head?

"Ah re que a nadie le importa"

Me la paso diciendo eso, no sé por qué.

En otro tema, o en el mismo, a veces hay unos segundos en los que siento una resignación total y completa con respecto a las expectativas que puedo tener. Pero llega a ser bueno en no sé qué punto. "For tomorrow may rain so I'll follow the sun". Un "go with the flow" cabizbajo. Un "ya re fue". Y tiene liberación. Y a veces es un poco triste, pero no se siente nada igual. Na-da.

Y salen las sonrisas más honestas creo.
Mis sonrisas más honestas son las tristes, peculiar me.

lunes, enero 10, 2005

Take these sunken eyes and learn to see

¿A qué hora canta el primer pájaro?

El instinto animal los une con el mundo natural [único mundo noble] y en determinado momento x del día comienzan a anunciar la mañana. ¿Pero a qué hora? Todos deben hacerlo en el mismo momento de sensación interior referida a "el sol está en tal posición". Claro, este momento no se da al mismo tiempo, la tierra es redonda, las posiciones alrededor del globo son infinitas. Cada pájaro canta a su propia hora interior.

Pero esto es demasiado poco determinado y controlable para los humanos. No, no me refiero sólo a los pájaros [que han controlado enjaulando] sino a lo relativos que son los "momentos" es nuestro planeta redondo. Su misma redondez es su esencia y es lo que vuelve locos a los humanitos que corretean de costa a costa. Necesitamos algo fijo, un punto de partida, un eje de coordenadas, una verdad absoluta. Aún así, notan que sería ridículo establecer un huso horario único terrestre puesto que en dos lugares es de día y de noche al mismo tiempo, y esa es una diferencia tanto más grosera de la que se pueden permitir alegando ser la especie de mayor evolución racional.

Por lo tanto, ¿qué hacen?
Dividen en gajos desproporcionados la superficie planetaria, tanto acuática como terrestre. De acá a acá es tal hora, de acá a acá tal otra. Y claro que dentro del mismo huso horario el sol no pega igual en todas las posiciones, but what the heck, la Tierra es grande, la diferencia es mínima y nos encantan las aproximaciones.

Pero los pájaros, oh, los pájaros no saben de husos horarios. Se cagan en la estructurada mente humana y en sus sacos de pana inglesa. Suponiendo que los pájaros cantores estén en línea como cinturón de la Tierra, canta primero uno, cuando su hora interior se lo indica, luego otro, cuando su propia hora interior se lo indica y así y así y así. Y la Tierra no tiene extremos, no hay final, no hay principio. No hay primer pájaro ni último, no hay diferencias, sólo una gran ola de cantos alrededor del mundo natural. Una continuidad que nos negamos mirando los relojes digitales.

No importa cuándo sea, los pájaros cantan.
Lamentablemente no le importa a nadie.

sábado, enero 08, 2005

Pretty in guik

;)


[know what I meeean?...]

sábado, enero 01, 2005

Sinatra, viejo y peludo...

Uno escucha un tema y se siente identificado con la letra, o simplemente se enamora de las palabras y del significado. Tiempo después la lee y nota que no era como siempre la había escuchado. Y la canción cambia.

"I can see it in your eyes, that you despise the same old lies
You heard the night before"
Definitivamente no es lo mismo que:
"I can see it in your eyes, that you despise the same old lies
You heard and lied before"

Significa mucho más la segunda opción. Es una acusación de un lado y una aceptación de culpa del otro. El narrador [?!] está entendiendo que el objeto de su canto es así pero no le gusta serlo ni que los demás lo sean.

Bah. Cómo no notaste cuál era el verso indicado, Frank? [Ok, debo reclamar a C. Carson Parks aparentemente...]