lunes, enero 10, 2005

Take these sunken eyes and learn to see

¿A qué hora canta el primer pájaro?

El instinto animal los une con el mundo natural [único mundo noble] y en determinado momento x del día comienzan a anunciar la mañana. ¿Pero a qué hora? Todos deben hacerlo en el mismo momento de sensación interior referida a "el sol está en tal posición". Claro, este momento no se da al mismo tiempo, la tierra es redonda, las posiciones alrededor del globo son infinitas. Cada pájaro canta a su propia hora interior.

Pero esto es demasiado poco determinado y controlable para los humanos. No, no me refiero sólo a los pájaros [que han controlado enjaulando] sino a lo relativos que son los "momentos" es nuestro planeta redondo. Su misma redondez es su esencia y es lo que vuelve locos a los humanitos que corretean de costa a costa. Necesitamos algo fijo, un punto de partida, un eje de coordenadas, una verdad absoluta. Aún así, notan que sería ridículo establecer un huso horario único terrestre puesto que en dos lugares es de día y de noche al mismo tiempo, y esa es una diferencia tanto más grosera de la que se pueden permitir alegando ser la especie de mayor evolución racional.

Por lo tanto, ¿qué hacen?
Dividen en gajos desproporcionados la superficie planetaria, tanto acuática como terrestre. De acá a acá es tal hora, de acá a acá tal otra. Y claro que dentro del mismo huso horario el sol no pega igual en todas las posiciones, but what the heck, la Tierra es grande, la diferencia es mínima y nos encantan las aproximaciones.

Pero los pájaros, oh, los pájaros no saben de husos horarios. Se cagan en la estructurada mente humana y en sus sacos de pana inglesa. Suponiendo que los pájaros cantores estén en línea como cinturón de la Tierra, canta primero uno, cuando su hora interior se lo indica, luego otro, cuando su propia hora interior se lo indica y así y así y así. Y la Tierra no tiene extremos, no hay final, no hay principio. No hay primer pájaro ni último, no hay diferencias, sólo una gran ola de cantos alrededor del mundo natural. Una continuidad que nos negamos mirando los relojes digitales.

No importa cuándo sea, los pájaros cantan.
Lamentablemente no le importa a nadie.

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