domingo, agosto 22, 2004

No todos los caminos conducen a Roma

[No, no voy a hablar de Roma, que se saque un blog propio para hablar de ella ¬¬]

Quiero empezar por reconocer mi infinita estupidez. Luego de que esto fuere hecho, explicaré la situación:

Existen 2 colectivos llamados 168. Uno es el ex 90, que tomo a una cuadra de mi casa y que me deja en la esquina. Otro es el plane 168, el que tomo a 6 cuadras de mi casa [entre gatos que ofrecen su cuerpo] y que me deja a 8 cuadras, que me lleva a destino. Ilusa he sido yo al confundir impunemente el uno con el otro, haciendo que el plan de viaje cerrara perfectamente.

Pues bien, no he podido llegar. Una pena verdaderamente, hubiera sido agradable conocer a las personas que iba a conocer en una situación tan bizarra. Me disculpo, una vez más y públicamente [o tan público como puede ser este blog] con los individuos involucrados. Y otra vez será. Siempre.

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